Publicado el 27 de abril de 2023
Por: Observatorio de Salud Sexual y Salud Reproductiva de Profamilia
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adolescencia como el periodo de crecimiento y desarrollo humano que ocurre entre los 10 y 19 años, considerando dos etapas: la adolescencia temprana de 12 a 14 años y la adolescencia tardía de 15 a 19 años; lo cual, representa el fin de la niñez y la etapa inmediatamente anterior a la adultez.
El embarazo en adolescentes es considerado como el resultado de la interrelación de múltiples factores entre los cuales se encuentran las desigualdades sociales, la falta de oportunidades, las limitaciones económicas, la inequidad de género, los imaginarios y estereotipos de género sobre masculinidad y feminidad, y el desconocimiento sobre la salud sexual y salud reproductiva desde edades tempranas. En este sentido, la falta de oportunidades, educación y acceso a servicios integrales de salud sexual y salud reproductiva, constituyen los principales mecanismos de reproducción del ciclo del embarazo en la adolescencia.
A su vez, el embarazo en adolescentes agudiza factores de desigualdad y discriminación que aumentan el riesgo de violencia sexual, física, psicológica, económica y patrimonial, los cuales representan una limitación para alcanzar niveles adecuados de calidad de vida y bienestar. Los embarazos en niñas de 10 a 14 años son considerados como un delito y representan una vulneración de derechos, puesto que se presume que siempre han sido resultado de violencia sexual. Lo anterior, muestra la incapacidad de las familias, la sociedad y el Estado para garantizar a los niños, niñas y adolescentes el goce efectivo de sus derechos y ofrecerles oportunidades para desarrollar sus proyectos de vida.
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