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‘Perfilar el odio’: un especial sobre los 11,617 crímenes hacia la comunidad LGBTIQ+ en la última década.

Publicado el 6 de septiembre de 2024

‘Perfilar el odio’: un especial sobre los 11,617 crímenes hacia la comunidad LGBTIQ+ en la última década.

Mediante un proceso que duró seis meses, y a través de una financiación propia, BAUDÓ Agencia Pública realizó este especial, creando una cartografía sobre las noticias criminales reportadas durante los últimos 10 años en Colombia.

Tuvimos la oportunidad de hablar con Valeria Urán, investigadora y levantadora de datos y Víctor Galeano, director de Coberturas Periodísticas de BAUDÓ AP. Profundizamos en los retos e hitos principales, así como en las conversaciones y el proceso de memoria que esperan que se pueda generar a través del reportaje.

¿De qué se trata ‘Perfilar el odio’?

Este especial multimedia narra la investigación sobre los crímenes cometidos contra la población LGBTIQ+ en Colombia durante la última década (2013-2023). Aborda datos macro a nivel nacional en el que se presenta un mapa interactivo que permite navegar por los 11.617 casos tramitados por la Fiscalía General de la Nación, abordando diversos tipos de violencia en las distintas regiones del país.

Mediante una narración que contextualiza los elementos multimedia, comparten un análisis detallado de los datos recopilados, subrayando la disparidad y subregistro en las cifras oficiales. También se compone de grandes historias, destacando los logros que ha alcanzado la comunidad LGBTIQ+ en los últimos 30 años, desde los avances jurídicos, hasta los testimonios personales de distintas personas y organizaciones de la sociedad civil en los territorios del país, concluyendo con un llamado a la acción para erradicar el odio y la violencia en el país.

El mapa: las cifras son preocupantes, y el subregistro también.

Fueron los datos obtenidos de la Fiscalía General de la Nación, a través del sistema penal y acusatorio, los que marcan el nombre del especial.

Para entender la dimensión de los 11.617 casos “basta imaginar que se cometieron actos violentos y de discriminación en contra de personas LGBTIQ+ en algún lugar del país a razón de tres veces cada día, todos los días, durante diez años”, relata BAUDÓ.

Entre los tipos de violencias que se abordan, se encuentran los actos de discriminación, amenazas, delitos sexuales, homicidios, feminicidios y procesos activos, los cuales se pueden desplegar en cada uno de los 32 departamentos del país.

La mayoría de los casos están reportados en el Valle del Cauca, Antioquia y Bogotá, reflejando la violencia, pero revelando también que hay mejores rutas de judicialización en estas regiones.

“Es importante poder navegar ese mapa y darnos cuenta de cómo cambian las cifras de una a otra ciudad. Cómo cambian de Bogotá a un departamento como el Caquetá, en donde no quiere decir que, porque las cifras hayan sido menores, allá no ocurran más o menos el mismo número de crímenes o el mismo tipo de violencias contra los derechos humanos de las personas sexualmente diversas. Realmente significa que hay menores condiciones para poder denunciar por el contexto en el que se está como el conflicto armado o el abandono institucional”, explica Valeria.

Entre las cifras principales reportadas a nivel nacional, se encuentran:

  • 11.617 crímenes reportados por la Fiscalía.
  • 767 homicidios o feminicidios.
  • 3.596 denuncias por delitos sexuales.
  • 1.808 procesos por discriminación.
  • 5.373 casos de amenazas, siendo esta tipificación de delito casi el 50% de los casos.
  • 8.183 procesos que aún siguen activos en la Fiscalía.

Es relevante destacar que, al momento de contrastar los casos reportados por la Defensoría del Pueblo y diferentes ONGs con los datos de la Fiscalía General, el equipo de investigación enfrentó un gran reto: existe una gran disparidad en las cifras de distintas entidades.

Por ejemplo, la Defensoría del Pueblo reportó durante los mismos diez años, “una cifra muchísimo menor de hechos violentos que atentan contra la vida de la población LGBTIQ con la irrisoria estadística de 92 casos”. Asimismo, la ONG Caribe afirmativo registró 10,954 hechos de violencia entre 2021 y 2023, es decir, casi la misma cifra que reporta la Fiscalía en la última década.

Al respecto, Víctor Galeano comenta que, desde el principio, supieron que el subregistro sería uno de los hallazgos principales. “Eso afecta un montón. Primero, no hay a quién acudir. Segundo, no hay una unidad de criterios en función a esto. Las organizaciones sociales hacen un trabajo muy bueno con las herramientas que tienen, pero mucha de esa información existe porque las personas confían y denuncian, pero no terminan en ninguna base de datos nacional. Cuando no existe una unidad de datos, ni una unidad de criterios, no hay una unidad en sí”.

Ir más allá de las cifras: avances jurídicos e historias personales en los territorios.

Uno de los hitos de ‘Perfilar el odio’ es la línea de tiempo que muestra los avances en materia de Derechos Humanos de la comunidad LGBTIQ+ en Colombia durante los últimos treinta años (1983-2023). Cada uno de los logros, enmarcados dentro de las luchas sociales, están respaldados por los fallos y sentencias de la Corte Constitucional.

“Vas a poder encontrar avances desde poder tener el documento de identidad con el nombre que queremos que nos llamen; el reconocimiento de vivir en un país en el que se tiene un libre derecho a desarrollar la personalidad; cómo la homosexualidad ya no es un motivo de sanción dentro de instituciones militares; y otros más recientes, como el hecho de que en Colombia puedan acceder a un documento de identidad en el que diga que son personas no binarias, o la adopción por parte de personas del mismo sexo”, añade Valeria.

El especial también añade 9 historias personales en formato de video, bajo la sección ‘Grandes logros’. Se relatan testimonios desde distintos territorios del país explicando cómo se vive la discriminación al ser personas diversas, así como las barreras adicionales que pueden atravesar al estar en distintas culturas y las luchas personales y comunitarias en las que han participado. ‘Si ves al líder indígena de Córdoba (Bill de Ojú Rubí), tu lenguaje no es el mismo lenguaje inclusivo que utiliza otra organización de otra ciudad. Hay otro tipo de necesidades diferentes y queríamos que eso quedara ahí. Ese factor humano. Que se entendiera la diversidad no solamente en números, sino en rostros, en colores, en voces”, explica Víctor.

El enfoque regional también se amplía en las conversaciones que tuvo el medio con organizaciones de la sociedad civil. Por ejemplo, con la Corporación Mucá de Valledupar, se aborda la discriminación en espacios públicos y la falta de políticas públicas para la población LGBTIQ+ en el departamento del Cesar. Asimismo, La Fundación Latidos Chocó critica la incoherencia de las políticas públicas locales que existen, pero no se implementan, así como la invisibilización de la violencia contra la población LGBTIQ+ en el departamento de Quibdó.

¿Qué llevarse de ‘Perfilar el Odio’?

Víctor Galeano subraya que, además de las alarmantes cifras que revelan una profunda crisis de violencia, es esencial que los lectores también reconozcan los esfuerzos colectivos que se están realizando para transformar esta realidad. “A pesar de todo, hay organizaciones y personas que están haciendo cosas en función a lo colectivo”, señala. Valeria Urán añade que espera que ‘Perfilar el odio’ pueda convertirse en una herramienta para “generar conversaciones” y ser utilizado como un referente con datos precisos y testimonios, que no solo documenten la violencia, sino que también alimenten la memoria colectiva y el activismo continuo. Este enfoque busca no solo visibilizar las tragedias, sino también inspirar acciones que conduzcan a poder combatir los discursos de odio, hacia un cambio real y duradero.

Un llamado a seguir luchando.

Los retos identificados en ‘Perfilar el odio’ resaltan la complejidad de combatir la violencia y discriminación hacia la comunidad LGBTIQ+ en Colombia, especialmente en las regiones del país, donde la falta de políticas públicas y la presencia del machismo arraigado dificultan el progreso. Los discursos de odio, perpetuados por actores sociales y políticos, alimentan esta violencia, mientras que la impunidad y el subregistro de casos mantienen un ciclo de desprotección.

Esta realidad evidencia la urgencia de un enfoque integral que considere las particularidades de cada territorio y la necesidad de reducir los prejuicios y la discriminación de manera efectiva.

¡Te invitamos a leer el especial completo aquí! Anímate a aportar a la conversación.

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