Noticias

Las personas con discapacidad tienen derechos sexuales y reproductivos

Publicado el 28 de julio de 2023

Las personas con discapacidad tienen derechos sexuales y reproductivos

Las personas que viven con discapacidades físicas, intelectuales, sensoriales o de cualquier otro tipo tienen la misma libertad y garantía de derechos para disfrutar una vida sexual satisfactoria.

Llevar una vida sexual plena y satisfactoria no solo es un derecho que tienen todos los seres humanos, sino un factor de bienestar al que todas las personas deberíamos acceder libremente. De acuerdo con el Ministerio de Justicia, en Colombia, las personas con discapacidad, además de poder disfrutar de todos sus derechos sexuales y reproductivos, pueden tomar decisiones de manera autónoma, tal como lo indica la ley 1996 de 2019.

De hecho, la Convención sobre los Derechos de las personas con Discapacidad, en su artículo 23, establece que “se deben tomar medidas efectivas para poner fin a la discriminación contra las personas con discapacidad en todas las cuestiones relacionadas con el matrimonio, la familia, la paternidad y las relaciones personales, para lograr que estas personas estén en igualdad de condiciones con las demás”.

Algunas creencias falsas en torno a la sexualidad de las personas con discapacidad

Los niños, niñas, adolescentes y adultos con discapacidades son personas sexuadas como cualquier otra persona y, por lo tanto, también tienen necesidades de amor, ternura y placer, tal como lo explica el documento ‘Es parte de la vida’. A pesar de esto, la realidad es muy diferente, y, en algunos casos, las personas con discapacidades experimentan desde su infancia diversas barreras y tabúes que restringen y condicionan su vida sexual y las posibilidades de realizarse íntima y amorosamente.

Las creencias erróneas, opiniones personales y mitos populares pueden generar que las personas con discapacidades experimenten restricciones al momento de hacer valer sus derechos sexuales y reproductivos. La ignorancia, la falta de acceso a información adecuada y ciertas actitudes sociales hacen que se mantengan las barreras a los derechos sexuales y reproductivos de las personas con discapacidades.

Algunas de estas creencias erróneas son:

  • Las personas con discapacidad necesitan que se les cuide todo el tiempo.
  • Las personas con discapacidad son asexuadas, no desean ni son deseadas.
  • Las personas con discapacidad no pueden ni deben tener relaciones sexuales.
  • Las personas con discapacidad no son sexualmente aventureras.
  • Las personas con discapacidad no pueden ni deben aprender sobre sexualidad.
  • Las personas con discapacidad son incapaces de tomar sus propias decisiones.
  • Las personas con discapacidad no deberían ser padres.

Como consecuencia de estos mitos y falsas creencias, a las personas que experimentan cualquier tipo de discapacidad se les suele inhibir la expresión de su sexualidad desde su infancia, se les niega el acceso a una educación sexual integral, se les infantiliza, se les somete a esterilizaciones no consentidas y a otro tipo de anticoncepciones forzadas.

Te invitamos a ver el siguiente video para conocer más sobre los derechos sexuales y reproductivos de las personas con discapacidad:

¿Cómo ayudar a cambiar este panorama?

En ocasiones, la mayor barrera para una persona con discapacidad es la mirada juzgante y la falta de conocimiento de otra persona, por lo tanto, el primer paso para lograr que las personas con discapacidad puedan disfrutar plenamente de sus derechos sexuales y reproductivos es informarse.

Además, puedes:

  • Comprender y ayudar a entender a otros sobre la importancia de reconocer las diferencias, las necesidades individuales, las diferentes maneras de sentir y de comunicarse.
  • Asegurar a los niños, niñas y adolescentes con discapacidades en tu entorno la posibilidad de acceder a una educación sexual y pedir información al respecto. Esta información es básica y necesaria para que puedan desarrollar vínculos afectivos en el futuro, se sientan valorados, deseados y correspondidos afectivamente.
  • Dejar a un lado los estereotipos y temores que genera el hablar de estos temas, pues el silencio y las creencias erróneas solo fortalecen los miedos, el misterio y las situaciones incómodas.
  • Brindar información adecuada y verdadera a las personas con discapacidad. Una discapacidad no necesariamente significa que las personas tengan dificultades para comprender o analizar la información que se les brinda.
  • Ofrecer métodos, estrategias o apoyos que faciliten la comunicación y la comprensión para facilitar la toma de decisiones de las personas con discapacidad.

Prevención de violencias sexuales hacia personas con discapacidad

En el informe ‘Prevención y abordaje de la violencia sexual en personas con discapacidad’, Profamilia enfatiza en que la vulnerabilidad que experimenta este grupo poblacional frente a las violencias sexuales debe ser entendida desde lo social, es decir, desde los imaginarios y estereotipos interiorizados sobre la sexualidad y no como “algo incrustado en el cuerpo de las personas”.

Dichos imaginarios, al estar incorporados colectivamente refuerzan creencias falsas y, además, exponen en mayor medida a las personas con discapacidad a las violencias sexuales, “debido a carencias afectivas generadas por el aislamiento, falta de espacios para la exploración de la sexualidad y el placer y desconocimiento de sus derechos sexuales y reproductivos”, lo cual hace que en las personas con discapacidad perviva la imposibilidad de identificar y denunciar la violencia sexual, explica el informe.

Algunos factores de riesgo son:

  • Las medidas que sustituyen la voluntad de las personas con discapacidad y restringen su opinión o participación.
  • No reconocer que los cuidadores y familiares son los principales perpetradores de violencias sexuales, quienes la perpetúan a lo largo de la vida de las víctimas.
  • Falta de educación integral en sexualidad de calidad y accesible para personas con discapacidad.
  • Efectos de los imaginarios y percepciones de las personas con discapacidad.
  • Falta de alertas frente a la violencia e impunidad.

Para proteger los derechos sexuales y reproductivos de las personas con discapacidad y prevenir violencias sexuales, es necesario formar redes de apoyo entre familiares y cuidadores, además de garantizar el acceso a una educación sexual integral que les permita a las personas con discapacidades comprender la sexualidad, reconocer su cuerpo y su derecho a la privacidad e intimidad.

Para tener en cuenta:

Que una persona tenga alguna discapacidad no significa que no sienta deseo sexual; su discapacidad únicamente condiciona el funcionamiento y la manera de expresar los sentimientos. Al igual que cualquier otra persona, las personas con discapacidades están en su derecho de ejercer la sensualidad y la sexualidad, a tener intimidad y a ser autónomos en sus decisiones.

El tener una discapacidad no implica que una persona deba resumirse a ella, por lo tanto, las personas que viven con cualquier discapacidad tienen derecho a, además de disfrutar plenamente su sexualidad, expresar su orientación sexual, formar relaciones íntimas, decidir si tener hijos o no y a acceder a servicios de salud sexual y reproductiva.

Si requieres orientación en temas de salud y derechos sexuales y reproductivos para personas con discapacidades, puedes acudir a Profamilia; allí recibirás toda la información necesaria.

Deja tu comentario