Publicado el 26 de mayo de 2022
El mes de mayo se lo dedicamos a las maternidades deseadas, porque traer una vida al mundo supone un reto que va desde la felicidad y la dicha de una nueva familia, hasta la realización de la enorme responsabilidad de cuidar y criar a este nuevo ser humano. En la maternidad poco se habla de la depresión postparto o perinatal, una problemática invisibilizada y que se vio exacerbada con el aislamiento, como medida para hacer frente a la pandemia de COVID-19, al limitar las redes de apoyo y cuidado.
Según el Instituto Nacional de Salud Mental de EE. UU (NIMH por sus siglas en inglés), la depresión postparto o perinatal ocurre durante o después del embarazo y sus síntomas pueden ir desde leves hasta graves. También asegura que, en casos excepcionales, los síntomas son suficientemente graves para poner en peligro la salud de la madre y del o la bebé, y es una enfermedad que puede ser tratada.
La Organización Mundial de la Salud reportó que, en los países de ingresos altos, 1 de cada 10 mujeres desarrolla depresión perinatal, mientras que en los países en desarrollo, 1 de cada 5 mujeres sufre esta enfermedad, y que, por lo general, son los familiares quienes notan los síntomas los cuales pueden presentarse durante el embarazo, poco después del parto o hasta un año más tarde, aunque lo más frecuente es dentro de los tres primeros meses de vida del bebé.
Un artículo de 2021 publicado en BMC Psychiatry por Kai Yang, Jing Wu & Xiangdong Chen de la Universidad de Ciencias y Tecnología de Wuhan reveló que la prevalencia de la depresión perinatal en las mujeres es de alrededor del 10 al 15% en los países desarrollados, con un mayor riesgo en los países menos desarrollados. Esta investigación sugirió que la depresión perinatal en las mujeres está relacionada con una alta morbilidad y mortalidad, lo que impone una enorme carga sobre la persona afectada, los miembros de la familia y la sociedad.
La Organización Panamericana de la Salud asegura que la depresión postparto es un problema de salud pública mundial, teniendo en cuenta que es un trastorno mental afectivo severo, que está asociado al suicidio y filicidio, siendo el primero “una de las causas más importantes de muerte materna durante el período perinatal”.
Complementando la afirmación anterior, encontramos que el National Hispanic and Latino Mental Health Technology Transfer Center señaló en su artículo “Trastornos de salud mental perinatales (TSMP) entre lxs latinxs” que las latinas parecen tener un mayor riesgo de desarrollar depresión posparto que las mujeres no hispanas, y que es menos probable que se reconozcan estos síntomas debido a los valores culturales y el estigma que existe sobre esta enfermedad; asimismo, el acceso a servicios de salud mental y el idioma pueden representar barreras para identificar y buscar ayuda durante este período.
Por otro lado, un estudio realizado por la Universidad de Londres en 2020 asegura que, a mayor contacto de las personas embarazadas con otras personas, se presentan menos síntomas de depresión, sugiriendo que el aislamiento y, por tanto, la reducción del contacto físico y social durante la pandemia podrían haber incrementado el riesgo de depresión posparto.
¿Qué causa la depresión postparto?
El NIMH afirma que la depresión posparto o perinatal es una enfermedad médica real y puede afectar a cualquier madre, independientemente de su edad, raza, ingresos, cultura o educación. Las mujeres no tienen la culpa de tener depresión perinatal.
No existe una sola causa para la depresión perinatal, puede ser el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales, entre los que se pueden encontrar:
Adicionalmente, las mujeres presentan un mayor riesgo de desarrollar depresión perinatal si existen antecedentes personales o familiares de depresión o trastorno bipolar, o si han tenido depresión perinatal en un embarazo anterior.
¿Cuáles son los síntomas?
El tratamiento
El Instituto Nacional de la Salud Mental recomienda que la depresión posparto o perinatal sea tratada tanto para el beneficio de la madre como del bebé, ya que esta puede tener efectos graves en la salud de ambos.
Algunos tratamientos incluyen psicoterapia (cognitivo-conductual o interpersonal), medicamentos o una combinación de ambos, sin embargo, es el personal médico quien debe ayudar a identificar la ocurrencia de esta enfermedad, su nivel de gravedad y acompañar en tomar la mejor decisión de tratamiento para la madre.
Si como mujer, persona con capacidad de gestar o madre presentas alguno de los síntomas mencionados anteriormente, o simplemente quieres liberar la carga que traen las ideas preconcebidas sobre la maternidad y la crianza, te recomendamos leer el libro: La maternidad y el encuentro con la propia sombra de Laura Gutman.
Desde Share-Net Colombia consideramos que compartir este conocimiento es una forma de romper los tabúes que existen sobre esta enfermedad y posibilitar la identificación de síntomas tempranamente para que más mujeres y personas con capacidad de gestar puedan acceder de forma oportuna a un tratamiento efectivo.