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La crudeza invisibilizada de la violencia sexual contra hombres y niños en el conflicto armado colombiano

Publicado el 9 de marzo de 2023

La crudeza invisibilizada de la violencia sexual contra hombres y niños en el conflicto armado colombiano

La violencia sexual fue omnipresente y generalizada en el conflicto armado en Colombia, y, aunque las principales víctimas de este delito fueron mujeres y niñas, los hombres y niños de varias regiones del país, especialmente aquellos de identidades diversas, se vieron gravemente afectados por este crimen.

Grupos focales de hombres víctimas de violencia sexual1 con apoyo de la Red de Mujeres Víctimas y Profesionales (RMVP)2 y All Survivors Project3, presentaron en junio de 2022 a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) el informe público ‘Deponer las armas, retomar las almas’, un documento que visibiliza el crimen de la violencia sexual cometida contra hombres y niños en el marco del conflicto armado en Colombia.

Para realizar el informe se examinaron de manera detallada 75 casos de violencia sexual cometidos entre 1989 y 2015, y que fueron denunciados a las autoridades colombianas. El informe se enfocó en analizar hechos e identificar patrones de violencia sexual en los territorios donde se presentó una mayor cantidad de denuncias de este tipo de crimen: la subregión de Los Montes de María y los departamentos de Magdalena y Chocó.

Según los testimonios analizados, los principales perpetradores de violencias sexuales contra hombres y niños en este contexto fueron miembros del extinto grupo guerrillero FARC-EP y el antiguo grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), aunque también existen elementos que prueban que algunos miembros de la fuerza pública cometieron y contribuyeron a perpetrar estos crímenes. El análisis de los casos reveló que los hombres y niños víctimas de violencia sexual en el conflicto armado colombiano fueron atacados mientras estaban en sus casas, mientras desarrollaban tareas de cultivo o pesca y mientras transitaban por carreteras o territorios donde los actores armados estaban enfrentados.

El informe presenta algunas de las causalidades de estos delitos y destaca que en algunos casos la violencia sexual se perpetró contra las víctimas a causa de su orientación sexual o expresión de género diversa. Los casos de violencia sexual fueron infligidos con el objetivo de torturar, deshumanizar, causar graves dolores físicos, producir sufrimientos mentales y silenciar a líderes comunitarios. Además, los actores armados utilizaron la violencia sexual como mecanismo para imponer masculinidades hegemónicas, reafirmar sistemas de poder patriarcales y dominar con discursos adultocentristas, clasistas y racistas.

Los relatos de las víctimas se caracterizan por incluir crudos detalles de las violaciones, torturas y malos tratos que vivieron mientras fueron atacados. La mayoría de las víctimas relatan que, a raíz de los ataques sexuales cometidos en su contra, fueron amenazados y extorsionados, por lo cual tuvieron que abandonar sus territorios y dejar atrás todo medio de sustento. Además, las víctimas viven con graves secuelas físicas y psicológicas que les impiden llevar una vida tranquila. Asimismo, viven en un estado de impunidad permanente, pues se enfrentan a barreras para acceder a la justicia y permanecen ante la indiferencia de las autoridades competentes.

“La violencia sexual contra hombres de la comunidad diversa ha sido usada como un mecanismo de terror y de castigo por nuestra identidad. Somos estigmatizados porque se nos acusa de provocar las violaciones o de merecérnoslas, por eso muchos preferimos no denunciar, ni buscar atención en salud física y emocional. Nos acostumbramos a vivir enfermos y humillados”.

Testimonio anónimo

El informe concluye que existe un subregistro de casos de violencia sexual cometida contra hombres y niños en el marco del conflicto armado, no solo por la falta de acceso a mecanismos de justicia, sino porque en algunos casos, las víctimas sienten vergüenza, temor de denunciar (por la presencia continua de grupos armados), o de ser estigmatizados o señalados: “… por razones culturales tales como el predominante machismo o la creencia de que la homosexualidad está directamente ligada a la violencia sexual masculina, los hombres no buscan atención ni denuncian los casos a las autoridades”, señala el documento.

La investigación también concluye que, con las pruebas y la información recopilada, los delitos de violencia sexual contra hombres y niños en el marco del conflicto armado colombiano podrían considerarse como crímenes de guerra y de lesa humanidad. Los crímenes de violencia sexual contra hombres y niños deben ser atendidos por la JEP y el sistema judicial, para evitar que los casos sean invisibilizados y así favorecer la reparación de las víctimas. De igual forma, es necesario que la sociedad colombiana en general reflexione sobre estos casos, así como sobre las masculinidades impuestas en el contexto de guerra y las masculinidades que se deben construir en tiempos de paz.

Te invitamos a leer el informe completo en nuestra biblioteca virtual. >>


1 Los Grupos Focales de Hombres Víctimas de Violencia Sexual son apoyados por el grupo de género y enfoque diferencial de la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP, en alianza con la Red de Mujeres Víctimas y Profesionales (RMVP). Estos se crearon con el fin de tener un diálogo permanente con las víctimas, a partir de sus identidades y otras condiciones. Uno de los Grupos Focales representa a las víctimas de género masculino que se identifican como heterosexuales y el otro, a aquellos que se identifican con una orientación sexual diversa.

2 Organización nacional de mujeres víctimas de violencia sexual y defensoras de derechos humanos y miembro fundador de la Red Global de Víctimas y Sobrevivientes para eliminar la violencia sexual (SEMA). RMVP tiene como objetivos (1) lograr una respuesta institucional adecuada y el reconocimiento de la violencia sexual como un delito y no como una práctica cultural; (2) lograr que los entornos privados y comunitarios sean seguros para las niñas y mujeres; (3) lograr que la paz beneficie a las mujeres y las niñas (paz en el hogar, paz en el país); y (4) erradicar la estigmatización social e institucional generada por este delito.

3 Organización internacional sin ánimo de lucro, independiente, neutral e imparcial, cuya misión es apoyar los esfuerzos globales para erradicar la violencia sexual relacionada con los conflictos, y fortalecer las respuestas nacionales e internacionales a través de la investigación y la acción sobre esta forma de violencia contra los hombres y los niños, incluyendo a las personas con orientación sexual, identidad de género, expresión de género y/o características sexuales diversas. ASP lleva a cabo investigaciones y facilita el diálogo y el aprendizaje interdisciplinarios para garantizar que se respeten y protejan los derechos y la dignidad de todas las víctimas/sobrevivientes.

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