Publicado el 18 de noviembre de 2024
En el marco del Día Internacional contra el Cambio Climático, Share-Net Colombia y FP2030 LAC Hub organizaron el pasado 22 de octubre el webinar ‘Cambio Climático y Anticoncepción’, un espacio en el que se abordaron importantes conversaciones sobre cómo el cambio climático exacerba las desigualdades de género y limita el acceso a la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las poblaciones vulnerables.
Moderado por María Paula Martínez, directora general de FP2030 para Latinoamérica y el Caribe, el evento reunió a cuatro expertas de la región: Emiliana Rickenmann (Latinas por el Clima, Colombia), Yuri Pitti Montenegro (Palabras Poderosas, Panamá), Maria Salomé Mejía Ochoa (Corporación Las Marías al Aire, Colombia) y Nancy Yomira Roblero Pérez (Jóvenes por el Cambio, Guatemala).
Actualmente el cambio climático está transformando la vida de millones de personas en todo el mundo y, de forma desproporcionada, afecta a quienes viven en condiciones de vulnerabilidad. Asimismo, los fenómenos climáticos extremos, como huracanes, inundaciones y sequías, generan crisis humanitarias que limitan el acceso a servicios básicos de salud. Estos impactos también dificultan el acceso de las mujeres y personas de orientaciones sexuales diversas a métodos anticonceptivos, atención ginecológica y otros servicios de salud sexual y reproductiva. En este contexto, la crisis climática no solo es una problemática ambiental, sino un factor que profundiza las inequidades y coloca en situación de riesgo la autonomía y salud de las personas.
Para abrir el espacio, la moderadora, María Paula Martínez inició con una contundente frase: “¿Sabían que la crisis climática podría llevar a que en los próximos años 158 millones de niñas y mujeres vivan en extrema pobreza limitando su acceso a la salud y a la atención en salud sexual y reproductiva? El cambio climático y el género están intrínsecamente vinculados. Las mujeres deben formar parte de la ecuación cuando se desarrollen estrategias de adaptación. Además, las minorías sexuales y de género también enfrentan riesgos debido a la situación de marginalización que atraviesan”.
Para ejemplificar esta situación, desde su experiencia con comunidades indígenas de Guatemala, Nancy Yomira Roblero Pérez explicó cómo los fenómenos climáticos extremos, como lluvias y derrumbes, afectan el acceso a servicios básicos. Esta situación restringe enormemente el acceso a métodos anticonceptivos y atención médica para mujeres y adolescentes, quienes en zonas rurales enfrentan trayectos difíciles para llegar a los centros de salud: “tienen que recorrer tres o cuatro horas a pie”, mencionó, una situación que se complica aún más por la emergencia climática.
Al respecto, Maria Salomé Mejía profundizó en esta interrelación añadiendo que hacemos parte de un sistema conectado, pues al generarse emergencias climáticas se interrumpen los sistemas de salud y el acceso a servicios esenciales como la anticoncepción y “otros servicios relacionados como salud materna y salud sexual y reproductiva”. Asimismo, añadió que estos contextos de emergencia climática también exponen a las personas a embarazos no deseados y a enfermedades de transmisión sexual.
Como lo mencionaron las expertas durante el encuentro, la crisis climática impacta de manera más fuerte a las poblaciones en situación de vulnerabilidad como mujeres, niñas, personas de orientación sexual diversa, comunidades indígenas, personas con discapacidad y personas racializadas. Al respecto, los planes de respuesta no están preparados para abordar sus necesidades específicas. Yuri Pitti Montenegro enfatizó que “en los planes de emergencia no se está considerando la perspectiva de género”. Esta situación afecta la capacidad para suplir el acceso a métodos anticonceptivos. Para muchas mujeres la falta de continuidad en el uso de métodos anticonceptivos, debido a estas limitaciones, representa una pérdida de autonomía sobre su salud y su cuerpo.
Respecto a las dificultades estructurales, Emiliana Rickenmann resaltó cómo las desigualdades se amplifican y están enraizadas en un sistema excluyente que margina a las personas más vulnerables y que es crucial reformar. Añadió cómo organizaciones extractivistas llegan a los territorios de la región (América Latina y el Caribe) y aumentan las situaciones de vulnerabilidad, especialmente en temas de género, cambios en el ecosistema y soberanía alimentaria.
“No hay un programa. No hay un plan al respecto porque justamente el tema de género queda por fuera de las conversaciones, entonces ahí también es la importancia de empezar a ver estos problemas de manera integral. No es solo un tema de cambio climático o de una empresa que llegue al territorio, sino que es una cosa completamente conectada y se debe pensar en las otras consecuencias… El extractivismo está afectando la alimentación de las comunidades y los saberes ancestrales, entonces, ¿cómo tener en cuenta la parte la perspectiva de género, como tener en cuenta las realidades de las mujeres cuando se habla de todos estos temas? En especial porque las mujeres están en la primera línea, tanto el tema del cuidado como en el tema de la resistencia”, explicó Emiliana.
A pesar de los desafíos, las panelistas subrayaron el papel de la sociedad civil en el desarrollo de estrategias de adaptación y resiliencia. Emiliana Rickenmann compartió cómo ‘Latinas por el Clima’, organización de la que hace parte, moviliza a jóvenes para que participen en la formulación de políticas para asegurar que sus necesidades sean incluidas en la discusión sobre justicia climática. “Buscamos promover que las voces de las jóvenes y niñas latinoamericanas se escuchen en los espacios de incidencia”. Esta inclusión, como explicó Emiliana, es clave para construir políticas que respondan realmente a las necesidades de las poblaciones más vulnerables.
Nancy Roblero también añadió cómo Jóvenes por el Cambio, pese a la criminalización y los estigmas, está implementando huertos en comunidades rurales de Guatemala como una respuesta a la falta de servicios de salud. “Hemos estado creando este tipo de huertos sustentables para que las mismas mujeres y niñas adolescentes puedan sembrar sus plantas medicinales y conocer cómo pueden tener propiedades específicas para la anticoncepción, los procesos de salud sexual, salud menstrual. La idea es que puedan tener estas alternativas y empezar a sembrarlas en sus casas”. Estas prácticas adaptadas al contexto fortalecen la salud comunitaria y promueven la autonomía de las mujeres, quienes pueden usar sus propios recursos y conocimientos para cuidar de su bienestar y el de sus familias.
Frente al papel de los Estados en la construcción de planes de emergencia y planificación de políticas públicas, Salomé destacó que “es necesario que incluyan el enfoque de género y una perspectiva clara de derechos sexuales y reproductivos. Que estos no queden fuera de las políticas públicas”. Es primordial integrar ese enfoque para que las poblaciones vulnerables en situaciones de emergencia no se enfrenten a mayores barreras y así construir un sistema de respuesta que respete su dignidad y derechos.
Por otro lado, el aspecto legislativo es supremamente importante para las estrategias de adaptación. Yuri Pitti Montenegro compartió su experiencia en incluir la perspectiva de género a través de una Ley Integral de Gestión Menstrual que están impulsando en Panamá para asegurar la disponibilidad de productos menstruales, resaltando la importancia de tratar la gestión menstrual en estos contextos. “Es necesario que en los planes de emergencia se incluyan productos menstruales. Que se incluyan como otros productos tales como comida, provisión de agua potable, porque se trata de un de una necesidad de primer orden”.
Entre otras estrategias que discutieron las panelistas se encuentran la Educación Integral para la Sexualidad (EIS), la construcción y fortalecimiento de redes regionales, la autodefensa del cuerpo y el territorio, la representatividad de las comunidades y la divulgación de un conocimiento accesible sobre cambio climático y salud y derechos sexuales y reproductivos.
Al cierre del espacio, María Paula Martínez hizo un llamado a la acción para integrar una perspectiva de género en las políticas de respuesta y adaptación al cambio climático donde la labor humanitaria se interconecte con impulsar a los Estados. “Actualmente hay un reconocimiento (de la problemática) cada vez mayor gracias a las voces y los grupos de activismo, pero también estamos viendo y asistiendo a una falta de financiamiento a nivel internacional para trabajar en estas políticas públicas. Esas conexiones nos deberían dar para empujar a los Estados a salir de su zona de confort y que así generen un poquito más de inversión social”, añadió. Se subrayó la urgencia de una acción coordinada multisectorial que priorice los derechos sexuales y reproductivos, así como la autonomía de las mujeres en la toma de decisiones sobre su salud y bienestar.
Este webinar fue un importante encuentro hacia el reconocimiento de las intersecciones entre género, cambio climático y salud y derechos sexuales y reproductivos. Las voces de las panelistas reflejan la urgencia de construir un futuro resiliente y justo donde los derechos de las personas más afectadas por la crisis climática sean reconocidos y respetados.
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