Publicado el 27 de octubre de 2022
Hablando sobre “nuevas masculinidades” en América latina, o también llamadas “masculinidades sanas o positivas”, inicia el debate sobre el deber que tenemos como sociedades históricamente machistas de romper los estigmas que existen frente a los roles de género.
El concepto de “nueva masculinidad” está surgiendo en América Latina como una manifestación y una herramienta de transformación social para lograr una sociedad más igualitaria y equitativa, que respete las diferencias, y donde lo masculino pueda crecer junto a lo femenino y la diversidad.
Teniendo en cuenta lo anterior, desde Share-Net Colombia abrimos un espacio de conversación que permitiera reflexionar sobre lo que debe cambiar en la educación social, cultural y familiar para avanzar en la eliminación de las violencias basadas en género y el alcance de la equidad e igualdad por la que tanto hemos luchado durante décadas.
Durante nuestro más reciente Webinar: Nuevas Masculinidades nos acompañaron Andrés Gaeta, psicoterapeuta y consultor en políticas para la equidad y el bienestar con perspectiva de género (México); Clarisa Martínez Bustamante, antropóloga, máster en gestión familiar y PhD en psicología (Colombia), Estevan Marín, abogado especialista en estudios de género y cambio climático (Colombia); y Javier Omar Ruiz Arroyave, pedagogo y educador popular, quien se encargó de moderar el espacio.
¿Qué significa ser “hombre”?
Durante el webinar nuestros conversadores discutieron alrededor del concepto de “hombre patriarcal y machista” explicando que esta figura, vista desde la hegemonía, define a una persona carente de empatía, a la que se le ha restringido culturalmente el empoderarse de sus emociones, al que se le ha asignado tradicionalmente un rol de poder, de proveedor del hogar, la familia y la sociedad, y al que, además, se le hace creer que tiene derecho a controlar el cuerpo y sexualidad de la pareja.
Para Clarisa Martínez, el rol masculino y las expectativas que se tienen sobre el “hombre” perpetúan la toxicidad en todo tipo de relaciones, mencionando que “los mitos del amor romántico, choques y ruptura, cambios económicos y políticos han configurado lo denominado como la masculinidad hegemónica”. Adicionalmente, explicó que la identidad masculina en los hombres ha sido construida, tradicionalmente y en la mayoría de los casos, con base en el trauma, lo que “los castra emocionalmente y que tiene una cantidad de consecuencias, que, si no son trabajadas a nivel subjetivo y clínicamente en estas personas, difícilmente va a cambiar”.
Por su parte, Andrés Gaeta complementó explicando que esa ausencia de gestión emocional genera una especie de toxicidad que se traslada a las relaciones que tienen los hombres, tanto emocionales como sociales, donde la palabra “toxicidad” se convierte en un “término paraguas para determinar abusos de poder”.
Entonces, ¿qué son las “nuevas” masculinidades?
Aunque el mismo título lo etiqueta como “nuevo”, puede decirse que se ha desarrollado como ola, generando impacto rápidamente y que, según nuestros panelistas, incluso se ha cambiado a sí misma en este corto tiempo. Las nuevas masculinidades se han entendido como la manifestación de la necesidad de encontrar “otras formas de ser hombre”, por eso mismo, como lo menciona Clarisa Martínez, ya no se trata de “nuevas” sino de masculinidades sanas o positivas. Esta reflexión sobre el término “hombre” ha iniciado en pequeñas esferas de la población y ha crecido de diferentes maneras en varios países latinoamericanos como México o Argentina. El ideal es que estas experiencias emergentes puedan convertirse en modelos reconocibles, es decir, que puedan ser estandarizados y replicados, para que complementen las luchas feministas y diversas que se han venido dando a nivel social y cultural.
Según Javier Omar Ruiz, las nuevas masculinidades son una categoría social innovadora que ya está generando impacto en diferentes sociedades latinoamericanas, impactos que pueden ser aprovechados por distintos movimientos sociales. Frente a esto, Gaeta añadió que “el concepto de nuevas masculinidades funciona como ‘hashtag’ porque recoge evidencias, ¿cómo colocar nuevas categorías? o ¿cómo nombran sus masculinidades que se caracterizan por ser conscientes, reflexivas, pensantes, masculinidades sanas o saludables? Alejándose de la violencia y acercándose a las emociones y el cuidado”.
Por su parte, Clarisa Martínez señaló la importancia de debatir las nuevas masculinidades como una meta todavía y no como una realidad: “estamos en un momento de feminidades y masculinidades en transición, lo que demuestra que hay una voluntad de un cambio consciente”.
Nuevas masculinidades, del territorio a la academia y la política pública
Durante la discusión, tanto Javier Ruiz como Estevan Marín contaron algunas de sus experiencias en territorio, trabajando con masculinidades en diferentes poblaciones colombianas, lo que les dejó varias lecciones sobre cómo se dan los procesos de transición y cambio en las diferentes comunidades alejadas de la urbe. Marín aseguró que “independiente de la denominación (‘nuevas masculinidades’) invita a la reflexión sobre ese ejercicio humano, cultural, que conocemos usualmente” y concluyó hablando de su experiencia de Tumaco, Nariño, donde compartió un poco sobre cómo se dan esos procesos de definición cultural.
“El género es territorio. La posibilidad de leer las realidades de género desde las particularidades, desde las características étnicas y etarias, las da el territorio. La geografía genera connotaciones específicas de lo que significa ser hombre”, Javier Omar Ruiz.
Esto nos permitió evidenciar la complejidad a la hora de lidiar con diferencias culturales o étnicas al momento de abrir una conversación que pueda llevar a acuerdos comunes. Sobre esto Clarisa Martínez añadió que, además de la complejidad que se vive en los territorios, los espacios académicos donde se trabajan estas transformaciones sobre las nuevas masculinidades están desconectados de las realidades de la población, “por tanto, no se identifica con los discursos que se quieren trabajar”, ya que es necesario generar un acercamiento a los conceptos locales de, por ejemplo: violencia, amor o sexualidad, para así comprender desde una mejor perspectiva cuáles son las necesidades latentes y particulares que permitirá a estas “nuevas” masculinidades seguir creciendo.
Una de las grandes conclusiones que nos dejó este conversatorio es la importancia de enfrentarnos a la violencia histórica que hemos vivido como sociedades latinoamericanas, ya que las heridas que nos han dejado estas violencias y que no hemos podido sanar, son las que permiten la continuidad del discurso machista.
Estevan Marín hizo un llamado a los Estados de este continente para que apuesten por una política que trabaje desde las bases de las diferentes comunidades, que permita generar diagnósticos reales y tenga un enfoque importante sobre la salud mental vista desde la Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos.
A este comentario Martínez agregó que estas políticas públicas deberían integrar el trabajo con hombres a lo largo del ciclo vital y que no solo se enfoquen en los perpetradores de violencia, lo que implicaría una inversión bastante importante por parte de los gobiernos.
“Más que deconstruir, hay que reconstruir la humanidad perdida a partir de la construcción hegemónica de la masculinidad machista y tóxica (…) reconciliar al ser humano con su humanidad, consigo mismo, con la feminidad y con lo diverso” Clarisa Martínez.
En Share-Net Colombia estamos comprometidas con las transformaciones sociales desde el conocimiento, por esto promovemos espacios de conversación sobre temas relevantes y novedosos en torno a la Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos. Visita la sección Quiénes somos para enterarte más sobre este proyecto.